El humor es algo que, habitualmente, nos hace sentir mejor.

Conozcamos los determinantes de este concepto, sus tipos y cómo intentar conseguir ser un poco más felices.

Hablemos del humor

Cuando se titula un escrito así, inevitablemente, se está aludiendo al humor. Para la gente fina, un humor es un líquido del cuerpo de un animal o de una planta y, para las gentes más “convencionales” (populacho para los aficionados al humor), una disposición del ánimo, especialmente cuando se manifiesta exteriormente.

Como uno es más de lo segundo y, para qué engañarnos, un poquito chusma, intentaremos plantear este concepto, que no deja de implicar cierto genio y temple para saber aplicarlo.

¡Ah!, por cierto, una condición sine qua non para el mismo, es ser inteligente. Es su defecto, no es humor, sino patetismo.

Para qué sirve

Vaya por delante que el que suscribe, tira mucho del sarcasmo y, en ocasiones, la ironía. Ambas figuras retóricas ayudan a banalizar el duro día a día y, de paso, sirven para transmitir mensajes con mayor o menor claridad.

Obviamente, el humor sirve para divertir y, a partir, de ahí; un largo etcétera. Enamorar, agradar, asquear, huir, etc.;  y podría conjugar un sinfín de verbos que genera este sustantivo.

Sin embargo, el humor no deja de ser un maravilloso reductor de estrés, estabilizador del estado de ánimo, promotor de la comunicación, génesis de creatividad y, a la par, el ilustro factor de mantenimiento de la esperanza. ¡Y nos lo queríamos perder!

Tipos de humor

Quizá estas líneas carecen de gracia, pero tampoco se ha pretendido, que conste. Hay que intentar ser serios y, en este sentido, se considera necesario señalar tipos de humor. Cómo hay gente pató, las clasificaciones más básicas hablan de cuatro tipos de humor, a saber, de afiliación, agresivo, de autoengrandecimiento y autodescalificación.

El primero habla de chistes que la mayoría consideraríamos divertidos (dejadme decir que iba a poner un chiste, pero he imaginado que alguien se molestaría), mientras que el segundo va de humillar (cuidado con esto, porque una humillación con gracia no es humillante, sino desternillante).

El de autoengrandecimiento, si se aboga por la ironía y cierta agresividad propia, tiene su punto; algo que enlaza con la autodescalificación. Y sí, es cierto que alguna cabeza (no me gustan los espejos) es más fácil de mirar que de cubrir (afiliación), imposible de abrazar (agresividad), quizá inteligente -al tamaño hay que remitirse- (autoengrandecimiento) y, por supuesto, para echar de comer aparte (autodescalificación).

Consejos humorísticos

Partiendo del frikismo propio y que, al parecer, impera la tendencia de solo hacer gracia a uno mismo, no me digáis que, para hacer de reír, hay que estar contento con uno mismo; algo que permite filtrar lo correcto y lo que no lo es (si bien, como se ha dejado caer, lo incorrecto con gracia tiene su punto).

Hay que ser creativo y saber que no siempre se provocan sonrisas (o que quien esté en frente no lo pilla). Por eso, hay que pasar del resultado y pensar en lo que hace reír de uno mismo.

A partir de ahí, tirar de creatividad y, sobre todo, no hay que esforzarse demasiado, ya que, cuanto más te lo pienses, menos gracias tendrás.

Al final, es desenvolverse sin tapujos, exagerando, tirando de absurdez y gesticulando como si no hubiera un mañana… Promesa a cumplir el hacer algún gag otro día… Y, eso sí, pensad que todo es divertido, siempre y cuando se le ocurra a otra persona. Esta frase no es mía, pero es que ya estoy vago o, perdón, en modo ahorro de energía.

 

Autor: Juan Jesús Muñoz García

 

 

 

Para preparar el PIR, CeDe dispone de diferentes modalidades de preparación.

CeDe, líder en la preparación del PIR, te ofrece sus CursosManuales y Aplicaciones para preparar el pir con éxito, como ya lo hicieron miles de alumnos en estos  22 años de preparación pir.

Solicitar más información

 

 

¿Te ha gustado este artículo?
Call Now ButtonLlámanos