El pasado 15 de julio falleció Francisco Ibáñez, creador de míticos personajes del comic con los que más de uno/a hemos crecido y, sobre todo, nos hemos divertido y pasado horas y horas estivales (e invernales) leyendo sin parar.
Hagamos un pequeño homenaje a este creador y su particular humor centrándonos en sus dos personajes más conocidos, Mortadelo y Filemón.
Introducción
No es que estemos planteando la opción femenina de Mortadelo y Filemón, sino simplemente un guiño simpático a estos personajes recurriendo a ese embutido, tan popular de las charcuterías como acreedor de mala fama para la OMS y al nombre del temporal.
Para más inri, el embutido, en España, suele ser aderezado con aceitunas (sí, así somos por estos lares).
En cuanto a Filomena, resultará inolvidable por años, aunque quizá alguien anhele algo de la misma, dadas las olas de calor que padecemos.
Pero no creáis que me he ido mucho del asunto, ya que los nombres de Mortadelo y Filemón tienen que ver con los alimentos.
Repasando personajes
Pensad que Mortadelo y Filemón surgen en la mente de Ibáñez allá por la década final de los 50. Las hambrunas post guerra civil condicionaron estos sustantivos que evocaban a la ya mencionada mortadela y, en el caso del jefe de Mortadelo -experto en disfraces-, a un filetón.
La contratación de ambos por la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) pone fin a su época de detectives privados y, conlleva la labor de servir y proteger a la ciudadanía de la delincuencia.
Qué decir del Súper (Superintendente Vicente), quien es el jefe directo de los intrépidos agentes y cuenta, en su equipo, con Ofelia (nada que ver con la de Hamlet), quien pasó de verse atraída por el “amo” de los disfraces, a buscar al que apenas tenía dos pelos.
En todo caso, la sucedánea de Hamlet siempre sería una persona atraída por el personaje con nombre de embutido.
Aunque la T.I.A. tenía bastantes profesionales en nómina, el Profesor Bacterio era uno de los más ilustres. Más allá de saber de todo, su sujeto experimental era Mortadelo, lo cual daba pie a situaciones insólitas.
Ríete de Julio Verne, a Bacterio le debemos la máquina busca fresquito, el mimetizador, el transformador metabólico o la tergiversicina.
Por cierto, la última tiene mucho que ver con el clima electoral que vivimos y/o se avecina.
Objetivos
Entre otros objetivos, la T.I.A. tenía entre ceja y ceja eliminar a la organización enemiga H.I.G.O. (Hermandad Internacional de Gamberros Orbitales).
Dicha “panda” intentaba eliminar al Súper, pero gracias a la infiltración de Mortadelo y Filemón, se consiguió vencer a El Rana, jefe de la citada organización con nombre de una infrutescencia que previene de riesgos cardiovasculares.
Por cierto, las agencias enemigas de la T.I.A. eran otras tales como la A.B.U.E.L.A. (Agentes Bélicos Ultramarinos Especialistas en Líos Aberrantes) o la S.O.B.R.I.N.A. (Sindicato Organizador de Bollos Reivindicantes Inter Nacionales Atléticos)… ¡Madre mía!
Para el recuerdo
Hemos hablado de Mortadelo y Filemón, pero como olvidar otros tantos personajes que provocaron risas y, asimismo, servían como elemento socializador y picaresco a la hora de aprender.
Desde el Botones Sacarino a Carpanta, la familia Trapisonda, el gran Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio y, por supuesto, 13 Rue del Percebe.
Más allá de la sátira y humor propio de estos personajes, cabe reseñar el reflejo que hacían de la sociedad, actualizando sus contenidos conforme iban cambiando los acontecimientos.
Pero pese a todo, Ibáñez señalaba que “Mortadelo y Filemón no aportaban mensajes”, sino que “la intención de que el lector pasara un buen rato y se olvidara de sus problemas”: Pues, qué queréis que os diga, conmigo lo consiguió.
Por un recuerdo eterno. D.E.P.
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