Todología

Saben de todo, no importa de lo que hables que opinarán  y, lo más importante, nunca contradigas su argumentación. Es absurdo, porque tienen la razón siempre y, si no la tienen, serán tan cansinos/as que lograrán tu claudicación. Son doctores/as honoris causa en Todología, una nueva ciencia.

Introducción

Están entre nosotros y lo sabemos. Intentamos evitar su presencia, pero hemos de aceptar encuentros con ellos/as. Nos caen como la parte final de la espalda y les mandaríamos a tomar por el mismo sitio (perdón, pero estoy pensando en alguno/a que otra/a).

Sin embargo, con la paciencia del admirado Santo Job, hemos de aguantar sus tropelías y su omnipotente sapiencia del totum de temáticas existentes, ya sea, zoología, psicología, medicina (todas las especialidades), astronomía, geología, biología… cocinología (no existe, pero ellos/as saben) y, en general, todología, esa ciencia que, ¡ojo!, según la RAE, define a las personas que creen saber y dominar varias especialidades.

Vaya por delante que la definición de nuestra ilustre Real Academia me parece demasiado fina para este conjunto de personas tocap… Perdonadme, pero es que me irrita este perfil típico del cuñado; perdón, del cuñadismo, es decir, aquellas personas que aparentan saber de todo, hablan sin saber pero con un tono altivo que intenta imponer su opinión, esforzándose por mostrar a los demás que son capaces de hacer cualquier cosa.

Anda y que le den a los astronautas, médicos, ingenieros o demás personas que pierden años de su vida estudiando para lo que el coleguilla (cuñado) de turno, destruya su saber científico en sus ratos libres.

Áreas de conocimiento

Para ser un buen todólogo hay que saber de todo y de nada. Dado el saber multidisciplinar de esta “peña”, para qué leches sirven los oráculos. Esta gente es capaz de saber, intuir, presentir, pronosticar, diagnosticar, elegir e incluso desechar. Son los/as putos/as amos/as. Perdonad mi beligerancia, pero es que me alteran.

Os doy más datos de cara a su reconocimiento. En su escritura han de predominar las faltas de ortografía. De léxico y/o sintaxis ni hablemos, son palabrotas. El buen todólogo ha de aludir, de vez en cuando, a las que llamamos, en los gorrinos, criadillas. Y es que, si les llevas al extremo, todo es por coj… Si no os queda claro, son personas que han de nombrar a estos dos coj… (no -ines), amén de no ser demasiado proclives a escuchar opiniones diferentes y/o contrarias a la suya.

No desesperes, ya que te dará igual ser especialista en la materia origen del debate. Ellos opinarán y si es menester, subirán la voz, hasta que te sientas pequeño/a y/o decidas que es mejor callarse. Total, el gobierno tiene la culpa, el político/a que les gusta tiene la razón, la emisora de radio y/o televisión que escuchan es la única imparcial y, si hace falta, las revistas dedicadas a los extraterrestres o al corazón son de más impacto que el American Journal of Psychiatry.

Dejaos de paparruchas, la todología tiene la verdad absoluta y define como se explica lo que tiene que ver el tocino con la velocidad, el mecanismo de un chupete, argumentan acerca del terraplanismo, aunque no cocinan opinan de todos los platos y hablan de sus ingredientes, son antivacunas o cuestionan si el ARN mensajero no es una peña de tu pueblo, sino un nuevo tipo de combinado a pedir en el pub más mugriento (para ellos un local vintage) del barrio, etc.

En resumidas cuentas, son cracks de todo, que para eso son todólogos. Por cierto, no hablemos de ideologías políticas; pero, en líneas generales, no son de lo más integrador, aunque les guste aparentar que sí y hagan la parafernalia necesaria para ello. Total, posar es gratis y queda muy bien.

Todólogo se hace

Y como diría aquel, no se nace. Tirando de los conocimientos de psicología que humildemente tiene quien suscribe (que me perdonen los todólogos), cuanto más ignorante eres, más confianza muestras y/o intentas aparentar. Por favor, entendedme bien; pero el símil sería, cuanto más tonto eres, más listo y/o seguro te muestras de las paridas que dices. No seáis duros/as conmigo, que lo dice un estudio científico llevado a cabo por Kruger y Dunning (buscadlo porfa, que el cuñadismo me invade).

En un lenguaje más políticamente correcto que el que yo utilizaré, esta investigación sugiere que los más “lerdos” con los que tienen más dificultades para reconocerlo, algo que extrapolan al reconocimiento de las competencias de los demás. Les cuesta mucho tomar consciencia de su incompetencia en un ámbito.

Así, me atrevo a decir, que te harán ver que son los creadores de la ciencia que da pie a ese entendimiento. Faltos de humildad o narcisos de barrio, capaces de exagerar lo que haga falta o minimizar lo que no lo haga con tal de llevar la razón en temas tan bisoños como el olor de las nubes o el frescor que aportan las almendras. No te rayes… opinarán seguro.

Por cierto, no deis de beber a un/a todólogo/a, que entonces sí que es mejor irse a dormir. Al fin y al cabo, el efecto Dunning-Kruger es lo que subyace a la todología y/o al cuñadismo, siendo el sesgo cognitivo por el cual las personas con baja habilidad en una tarea sobrestiman sus capacidades.

Al final, los todólogos necesitan sentirse importantes porque es la forma de ocultar sus carencias (de toda índole). Además, tienen amigos de todas las razas, condiciones sexuales y/o, en definitiva, se muestran como una especia de Mahatma Gandhi venido a menos pero con ideologías antagónicas a tenor de su papeleta electoral.

Total, un caos. ¡Ah!, lo último, que me perdone la gente vegana, pero en la todología no se sabe cortar jamón, pero te dirán que lo hacen cual profesional y que un buen maridaje sería un sidra asturiana. Sí, lo sé; están fatal; pero son tan graciosos/as. Lo malo es que te dejan el jamón como el barco de Chanquete o, para la gente más moderna, como la motomami de Rosalía.

Cómo manejarse con la todología y sus adeptos

Ufffff… Si tuviera la respuesta a esta pregunta, me forraría y/o retiraría, pero quizá he de admitir que no soy un todólogo -no descarto estudiarlo en los pubs y terrazas que frecuentan- (nunca bibliotecas). Quizá ha de imperar una implacable y soberana paciencia.

Qué más da que hablen de tu temática -todas- de conocimiento, qué más da que oigas opiniones políticas dispares, qué más da que se metan donde no deben…; lo importante es que no hagan cosas indebidas y que su omnipotencia solo sea un simple objeto de nuestra mofa (por favor, que sea sana y no hiriente).

Intentemos llevarnos bien, ser cordiales y respetuosos, desterrar la crítica y no inmiscuirnos en sus vidas. Sí, lo sé, es chungo; pero no tengo la culpa de que os juntéis a seres tan doctos en cualquier materia, a saber, los todólogos, paladines del conocimiento absoluto, la todología.