Experiencia Cristina Castaño puesto 105
Convocatoria PIR 2021
Aciertos: 156
Errores: 43
En Blanco: 1
Baremo: 7,73
Posición: 105
Mi experiencia
Comencé a estudiar el 1 de octubre de 2020, empecé con muchas ganas. Estuve hasta el examen de marzo 2021 estudiando de 9:00-15:00 y trabajando por las tardes, me fue bien porque el trabajo me ayudaba a presionarme y no perder el tiempo.
El examen me lo tomé en serio, sabía que no tendría plaza, pero quería intentarlo para quedar lo mejor posible. Lo hice demasiado distraída, solo estaba pensando en lo que iba a hacer tras el examen y me faltó tiempo, aun así me esforzaba en razonar cada pregunta y creo que es algo importante que me ha ayudado en la siguiente convocatoria. Quedé en torno al puesto 1000.
Segunda convocatoria
Después del examen retomé el estudio después de dos semanas. Continúe trabajando hasta verano, y ahí decidí dejarlo para estar al menos 6-7 meses enteros dedicados a estudiar para saber que me había esforzado al máximo.
Dejar el trabajo me ayudó mucho los primeros meses, me sentía más descansada, no iba con tantas prisas, aunque más adelante tenía el peligro de encerrarme en casa y no siempre era más productiva.
La preparación este año se me hizo más dura, estaba muchas más horas, yo sola, cuanto más tiempo y esfuerzo dedicas, más temes fallar. En especial se me hizo muy pesado el último mes previo al examen, me tomé pocas vacaciones, desde Noviembre ya me presionaba pensando.
- “No queda nada para el examen”
- ¡Cuidado! porque aun quedan 3 largos meses!.
Dos semanas antes del examen dejé de ser productiva, deambulaba por la casa, me dolía el cuerpo, no tenía energía, empecé a tomar vitaminas porque me encontraba floja ¿La mejor decisión que pude tomar?.
El sábado antes del examen me fui a una boda inesperada, a reírme, bailar, tomarme unas cervecitas. Esa noche volví renovada a casa, con otra energía. Me lo pasé tan bien con mis amigos, que me di cuenta que no podía poner toda mi felicidad, mi vida y lo que yo era en un examen y un resultado. En ese momento pensé que si suspendía el año siguiente me tomaría más vacaciones
Llegó el examen
Finalmente el 29 de enero fui al examen, y fui tranquila. Nos tuvieron 1 hora esperando sentados en la sala que aproveché para hacer un intento de Mindfulness y antes de empezar me escribí en la hoja:
“Eres la que mejor se lo sabe de todo el aula ¡A por tu plaza!“
Salí convencida de que no tenía plaza, pero contenta porque me había salido bien, había tenido tiempo suficiente, había estado tranquila y muy concentrada y sentía que lo había hecho lo mejor que yo sabía.
¡Al corregir el examen aun pensaba que estaba fuerísima!
Realmente las impugnaciones me hicieron subir muchos puestos. Me las tomé enserio, sin copiar y pegar, sino intentando justificar las respuestas. No sé ni si se las leyeron, pero después del examen es lo único que yo podía hacer por ganar puestos.
Consejos que a mí me gustaría escuchar/ cosas que me han ayudado:
Me escribí una “Carta a una estudiante frustrada” antes de empezar a estudiar, cuando tenía muchas ganas, dándome ánimos a mí misma y recordándome por qué quería el PIR, para leerla en momentos de debilidad.
Estudio
No he tenido ninguna rutina fija durante toda la preparación, las rutinas me duraban 1-2 meses y enseguida me cansaba o se me ocurría otra manera de organizar el tiempo, al principio me agobiaba no ser constante, pero la realidad es que NO PASA NADA.
El verano se me hizo especialmente duro, ver que mis amigos avanzaban en la vida, todos ganaban dinero o se independizaban, otros se iban fuera a vivir… Entre en un bucle en el que me costaba ponerme a estudiar, quería vacaciones pero no me permitía descansar porque me sentía culpable si no me cundía.
A veces estudiando me sentía presa, como si alguien desde fuera me estuviera obligando, así que volviendo a recurrir a la escritura, me dije a mi misma que yo era libre, yo había escogido ese camino, que yo quería estudiar porque quería ser residente.
Me lo tuve que repetir varias veces durante el verano, pero eso me permitía darme más descansos y estudiar con más ganas (La importancia del locus de control interno).
Cambio forma de estudio
Fui haciendo diferente el estudio, si te lo has leído ya más de 3 veces y no se te ha quedado ¿Qué te hace pensar que una cuarta vez se te va a quedar?.
En esas situaciones yo me inventaba un juego, unas tarjetas, un listado con todos los acrónimos de los test e intentar sacar la máxima información de cada uno, ponerme características e intentar adivinar de qué tratamiento se trataba, comparar autores muy parecidos, unir flechas, escribir un texto con agujeros… todo puede valer.
No he ampliado nada de temario, me agobiaba solo con mirar los libros y ver lo gordos que eran. En lugar de eso, mire el examen del año anterior y marqué todas las preguntas que habría acertado si me supiera todo el temario de Cede, y al ver que podría aprobar, decidí apostar por sabérmelo bien, al menos este año.
Aplicaciones que me ayudaron
Estoy convencida de que he aprobado gracias a la aplicación Anki, parecido a Cedememory, es un sistema de tarjetas, yo prefería Anki porque las escribía yo a mi estilo. Llegué a hacer 5000 tarjetas y a estudiarlas todos los días. Dedicaba al día al principio 1 hora, luego entre 4-5 horas diarias, pero era mi forma de estudiar, además me permitía tener una base de datos de todo el temario.
Todos los miércoles hacía un simulacro a las 9 de la mañana, controlando los tiempos, la concentración y el razonamiento, como si fuera de verdad. Los solía acabar en menos de 3 horas, pero aun así me intentaba forzar a estar un rato más pensando las preguntas que dudaba. Y el resto del día me dedicaba a corregir el examen y hacerme tarjetas con todos los fallos, para no volver a fallar.
Hice 3 vueltas en cada una de las convocatorias, en la última vuelta de este año decidí que no iba a abrir ni esquemas ni libros, que ya llevaba 5 vueltas leyéndome lo mismo, no me iba a aportar nada diferente, por lo que solo hacía preguntas en cedeexam por asignaturas, preguntas de convocatoria y Anki.
Los profesores saben mejor que nosotros qué es importante y qué no, por eso me parecía fundamental no volver a fallar ninguna pregunta de simulacro. Además los alternaba con simulacros de varias academias, para entender diferentes maneras de preguntar, sino al final respondes preguntas en función de si sabes si viene de un profe u otro.
Cambiar de perspectiva
Y por último, algo que para mí fue fundamental, el cambio de perspectiva. A mi el pensar que tenía que “ganar” a 4400 personas me parecía imposible, yo no he sido mala estudiante, pero no de sobresaliente, siempre de notable y con la ratio del examen 1/23 me agobiaba.
Por ello, lo que pensé es que en la clase donde yo hacía el examen debíamos de ser unos 40-50, faltaron 5 personas, así que entre los que quedábamos, se debían de “sortear” dos plazas, y me autoconvencí de que una era para mí. El superar a 23-40 personas en lugar de 4400 me relajó, me hizo ir más tranquila y afrontar el examen con otra actitud.
Lo más importante para mí:
Tener ganas de sacarse la plaza, e ir tranquilo al examen. Es importante el balance entre la alta carga de estudio y el resto de tu vida: deporte, vida social, familia, salud… Al principio yo necesitaba encerrarme, para no desconcentrarme, pero cuanto más se acerca el examen más necesitaba salir.
A por todas!! Cuanto más estudio, menos porcentaje de suerte influye en el examen.
¡Tú puedes con esto!
Cristina Castaño
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