Experiencia de Lorena Soto convocatoria PIR 2020
Experiencia de Lorena Soto convocatoria PIR 2020

Lorena Soto convocatoria PIR 2020

Puesto 170

Expediente: 8,12

Aciertos: 128

Fallos: 43

Blancos: 2

 

Presentación

 

¡Hola opoPIRes!

He sacado la plaza 170 en esta convocatoria y aún no me creo que esté escribiendo esto. Lo primero, desearos mucho ánimo si habéis decidido empezar o seguir este camino.

Este examen no ha sido todo lo justo que nos gustaría, pero si habéis decidido volver a intentarlo, estoy segura de que much@s de l@s que estáis leyendo esto ahora mismo tendréis la plaza que merecéis el año que viene.

En mi época de preparación, leía una y otra vez experiencias de personas que habían conseguido plaza porque me ayudaban mucho a motivarme y ver que era posible. Sobre todo, intentaba quedarme con esas experiencias que me daban tranquilidad y me demostraban que múltiples métodos de estudio podían darte la plaza, que no hay una única manera de conseguirlo.

Quiero compartir mi experiencia porque creo que puedo aportaros algo en ese sentido, así que allá va.

 

Primera convocatoria

 

Después de muchas dudas sobre si hacer el máster o el PIR, en cuarto de carrera me apunté al curso de los sábados presencial de Cede y empecé yendo a las clases sin haber empezado a estudiar todavía. En junio acabé la universidad y me tomé unas semanas de descanso, empezando en serio con la preparación en julio.

Lo primero que hice fue organizarme un planning. Para mí hacer una buena planificación era muy importante, puesto que yo he sido una persona que toda su vida ha estudiado dándose atracones justo antes del examen y sabía que ese método no iba a funcionar esta vez.

Planning

Al tener unos 6 meses por delante, tuve que ser más exigente de lo que me gustaría, pero hice un planning realista y pude cumplirlo cada día.

Me dividí el estudio en 3 vueltas:

  • La primera, leyendo despacio los manuales de la academia y completando los esquemas-resúmenes de clase con alguna información que me parecía importante.
  • La segunda vuelta consistió en estudiarme esos esquemas en mayor profundidad, completando a la vez el manual de Síntesis de Contenidos de Cede con algunos datos.
  • Por último, di una tercera vuelta exprés usando solo este manual de síntesis, la cual duró las 2 últimas semanas antes del examen.

Me tomé esta primera convocatoria en serio, aunque mi sensación fue que tuve que ir bastante rápido en cuanto a ritmo de estudio. No me daba tiempo a hacer preguntas (prácticamente no hice), empecé a hacer los simulacros a partir de septiembre e hice los exámenes de las últimas 4 convocatorias.

Aun así, me tomé 10 días de vacaciones en verano y descansé todos los domingos, excepto las últimas 3 semanas. Sabía que no iba todo lo preparada que me gustaría y no tenía la sensación de tener posibilidades.

Primer contacto con el examen

Fui bastante tranquila al examen por esto, pero me pareció algo tan diferente a lo que había estado practicando en los simulacros y exámenes anteriores que me descolocó muchísimo y, como consecuencia, fui tan lenta que ni siquiera me dio tiempo a terminarlo.

Obtuve la plaza 628, mejor de lo que esperaba después de mi sensación en el examen, así que estaba bastante motivada para la siguiente convocatoria.

 

Segunda (y última) convocatoria

 

Después de un mes de descanso, me apunté al curso RePIR de Cede con muchas ganas, tenía la sensación de que por fin iba a tener un año completo para prepararme de la forma que me hubiera gustado la vez anterior.

Primera vuelta

Empecé con el planning, programándome una primera vuelta larga, teniendo poca carga de “estudio fuerte” al día. La rutina era estudiar los temas que tocasen ese día en los esquemas-resúmenes de clase que me preparé el año anterior (no volví a estudiarme los manuales grandes, salvo los de las materias nucleares, ya que había contenidos actualizados), hacer todas las preguntas de convocatoria de esos temas al acabar (las de detrás de los manuales, marcando con una cruz los fallos y haciendo mucho hincapié en la última convocatoria) y, si me daba tiempo, hacer preguntas en Cedeexam.

También empecé a hacer todos los simulacros y entrenamientos desde el principio, para mejorar mi técnica de examen. En esta etapa me dejaba todos los fines de semana libres.

Segunda vuelta

Después de 3 semanas de vacaciones en verano, empecé la segunda vuelta. Estudié en profundidad los esquemas y, cuando acababa un tema, repasaba las preguntas de convocatoria que había marcado como falladas en la vuelta anterior.

Empecé a utilizar los sábados para realizar el simulacro o entrenamiento de esa semana y, cuando no había, me ponía un examen de convocatoria, cuadrándomelo de tal forma que empecé desde 2010 y acabé con la última convocatoria la semana misma del examen.

Durante la vuelta anterior, tuve la sensación de que hacer tantas preguntas no me estaba funcionando; sin embargo, como todo el mundo menciona la importancia de hacer tantas preguntas, me obligué a seguir intentando hacerlas todos los días (error por no fiarme de mi criterio y compararme con el resto).

Vuelta mas corta

Al ser esta vuelta más corta, me empecé a agobiar porque no me daba tiempo a hacer las dichosas preguntas, así que decidí empezar a hacer tarjetas (la mejor decisión que he tomado) con pequeños esquemas, conceptos, criterios, etc, que por lo que sea me costaba memorizar o que me pareciesen de suma importancia.

Sustituí el hacer preguntas por estudiarme cada día una asignatura con las tarjetas (solía emplear más o menos la hora final del día). De esta forma, me di cuenta de que retenía muchísimo mejor la información que con las preguntas, ya que me resultaba un estudio más activo al intentar memorizarlas y me ayudaba que fuera un método tan “visual”. Además, calmaba mi ansiedad de “se me está olvidando todo” cuando hacía meses que me había mirado una materia, ya que repasaba lo importante con las tarjetas cada 12 días.

Dicho esto, aclaro que no creo que estudiar tarjetas sea más útil que hacer preguntas ni viceversa, pero quiero remarcar este ejemplo para que no caigáis en mi error de cuestionaros vuestro método, el que lleváis utilizando toda vuestra vida como estudiantes, porque vosotr@s os conocéis mejor que nadie y no hay una sola forma de llegar a la plaza PIR.

Tercera vuelta

En la tercera vuelta seguí con el mismo método, pero yendo a una mayor velocidad estudiando los esquemas (en medio de esta, me tomé 10 días de vacaciones de Navidad, sabía que necesitaba coger fuerzas para los 3 meses que venían por delante).

Aunque a lo largo del curso fui mejorando en los simulacros, a estas alturas llegó un punto en que empecé a empeorar mis resultados. Cada simulacro que hacía me salía peor que el anterior y entré en un bucle de tomarme los percentiles como la única fuente de información que me mostraba cómo lo estaba haciendo (y claro, esto indicaba que cada vez lo hacía peor).

En este punto tomé la segunda mejor decisión, que fue escribir a Rosa, la tutora de Cede. Ella me ayudó muchísimo a poner en perspectiva esos resultados y a que me fiase de mi propia forma de estudiar.

Ultimo repaso

El último tramo fue bastante duro, notaba que llevaba muchos meses a las espaldas, sin poder ir a la biblioteca por la pandemia y con cansancio acumulado. Decidí ampliar un poco el horario de estudio empezando hora y media antes, pero sin dejar de tener los domingos libres excepto las 2 últimas semanas.

Mis resultados en los simulacros seguían empeorando y, por fin, decidí hacer caso a Rosa y dejé de mirar los percentiles que lo único que hacían eran entristecerme (la mejor decisión que pude tomar en el último mes de estudio).

Me enfrenté a esta recta final (una cuarta vuelta exprés de 20 días aprox) con el pensamiento de que “ya estaba todo hecho” (lo cual era cierto y me ayudó mucho a calmar la ansiedad) y que ahora solo había que repasar y descansar.

Esas últimas semanas estudié del manual de síntesis y, sobre todo, repasé las tarjetas los últimos días, descansando cuando mi cuerpo me lo pedía.

El examen

Esta vez llegué al examen mucho más nerviosa porque tenía una mayor presión sobre mí misma, aunque seguía sintiendo que podría llevar el temario muchísimo mejor (ni después de 10 años estudiando hubiera cambiado esta sensación, estoy segura).

Intenté durante todo el año practicar la rapidez en preguntas en las que “no había que pensar” y automatizar muchísimo los pasos que seguía a la hora de realizar las vueltas del examen. Creo que es importante este punto, ya que, si tenemos el método automatizado, habrá mayor cantidad de recursos que podemos destinar a intentar razonar esas preguntas que, de primeras, no hay ni por dónde cogerlas.

Una vez empezado el examen, entré en ese “modo automático” y fui contestando, pregunta a pregunta, intentando tirar de todo lo estudiado para inferir algunas respuestas que en una primera lectura pensé que no iba a lograr sacar.

Creo que esta forma de contestar las preguntas difíciles la pude aprender gracias a los simulacros, en los que me obligaba a contestar todas las preguntas, aunque no me sonasen de nada.

Esta vez… aunque llegué muy justa para terminar el examen y no pude repasar muchas de las respuestas que tenía dudosas, ¡logré acabarlo!

 

Puntos a destacar:

 

Tener una rutina de estudio:

Yo estudiaba de media de 10h a 15h y de 16:30-17h a 21h (con media hora de descanso en cada tramo para el tentempié o merendar y después de comer veía algún capítulo de una serie).

Quiero remarcar esto porque yo me agobiaba muchísimo comparándome con los horarios y la forma de estudiar de la gente. Sabiendo que había personas que empezaban a las 7 de la mañana, me agobiaba pensar que quizá debería madrugar más y que no estaba haciendo lo suficiente, aun sabiendo que ese ha sido siempre mi horario de estudio y con el que yo me sentía cómoda.

Mi consejo, y no me canso de repetirlo, es que sigáis vuestra propia rutina sin compararos.

Planning:

En mi opinión, es tan importante una buena organización como ajustarse a la realidad a la hora de hacer el planning. Siempre preferí pecar de tener poca carga de estudio al día porque, si me sobraba tiempo, podría descansar si lo necesitaba o aprovecharlo para estudiar tarjetas o hacer preguntas.

Creo que esto me vino muy bien porque no lograr cumplir el planning algún día hubiera aumentado la ansiedad y quise evitarlo lo máximo posible.

Simulacros:

Me parecen esenciales para practicar la técnica de examen y arriesgarse en las preguntas difíciles. A partir de septiembre, todos los sábados hacía un simulacro, entrenamiento o examen de convocatoria.

Eso sí, hay que tomárselos como lo que son, entrenamientos. Cuando os agobiéis con los fallos, recordad que yo tuve 40 en algún simulacro a falta de 3 semanas para el examen.

Tarjetas:

Como he mencionado antes, para mí ha sido muy importante recurrir a este recurso. Lo recomiendo para personas que memoricen especialmente de forma visual.

Tutora:

Recurrir a Rosa ha sido una gran decisión durante la convocatoria, ya que me ayudó mucho a ponerme los pies en la tierra en los momentos de agobio. Es algo que no hice en la primera convocatoria y creo que fue un error por mi parte.

Descansar:

Siempre he creído que este es de los puntos más importantes. Personalmente, sabía que si el ánimo no me acompañaba y tenía mucho cansancio acumulado no iba a rendir igual de bien, por eso nunca sacrifiqué los descansos planificados (el planning “poco exigente” también me ayudó a que no necesitara sacar tiempo de los días libres para recuperar).

Despejarse con unas vacaciones de verano o Navidad lo veo esencial, así como dejar al menos un día entero a la semana de descanso.

Cuando os agobiéis por haber descansado algún día por el motivo que sea, recordad que yo decidí descansar 2 días el fin de semana antes del examen porque lo necesitaba y… no pasó nada, ¡aquí estoy, con plaza!

Ampliaciones:

Tema que agobia y me agobiaba a mí muchísimo. Para esta última convocatoria decidí ampliar únicamente con DSM-5. En mi opinión, dado el tiempo que llevaba estudiando, lo que necesitaba era afianzar más el temario nuclear (sí, ese que también van a seguir preguntando a pesar de los manuales nuevos) y no liarme con más material.

Me leí todas las actualizaciones que nos dio la academia sobre el Covid y Belloch los últimos meses antes del examen. Vistos los últimos exámenes, creo que el plantearse las ampliaciones es algo normal, pero también considero que hay que tener cuidado con descuidar el material habitual.

Espero que mi experiencia os sirva de ejemplo para no agobiaros por las ampliaciones, ya que, como os digo, a parte del material que nos proporcionó la academia solo miré el DSM-5.

No compararse:

Sé que ya lo he mencionado anteriormente, pero para mí es lo más importante. Yo me empecé a comparar desde el primer día, cuando veía a todo el mundo haciéndose sus propios esquemas y me decían que “así era como había que estudiar”.

Yo jamás he estudiado haciéndome mi propio material, me planteé mil veces empezar a hacerlo porque eso era lo que hacía todo el mundo, hasta que entendí que lo mejor era seguir con mi método. Aun así, siempre me quedaba la duda de si lo estaría haciendo peor que el resto por no hacerme esquemas, por no estudiar más horas como hacían otros, por no ampliar como hacían otros… todo lo que hicieran otros.

 

Conclusión

 

Espero que contaros mi experiencia os pueda ayudar un poquito a que no caigáis en esto y no os afecte como me afectaba a mí.

Confiad en vosotr@s mism@s, lleváis años estudiando y os conocéis mejor que nadie. Recordad que no hay una única forma de llegar a conseguir la plaza y que vuestra forma de preparárosla puede ser perfectamente el camino que os lleve hasta ella.

Espero que el rollo que os acabo de soltar os sirva como a mí me sirvió leer las experiencias de otras personas que sacaron plaza.

Os deseo muchísimo ánimo en este camino que habéis elegido.

 

 

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