Cristina Fuertes Bronchal

Puesto: Nº 141 Convocatoria 2019 (Examen PIR  Enero 2020)
Aciertos: 142, Fallos: 31, Omisiones: 2
Expediente: 6.87

He estado mucho tiempo pensando si escribir o no mi historia, porque no la encuentro diferente de cualquier otra persona que lleve, como yo, mucho tiempo y esfuerzo a la espaldas y se haya quedado a las puertas. Al final, he decidido escribir estas líneas, porque estoy segura de que hay al otro lado personas que, como yo el año pasado, o el anterior, después de mucho sacrificio han visto que su sueño se desplomaba (una vez más) y al igual que yo lo hacía, buscan en experiencias similares un aliento para seguir luchando y no tirar la toalla.

Durante la carrera las pocas voces que se oían hablar sobre el Pir hablaban de un camino arduo y básicamente imposible, unido a mi bajo expediente, y que por aquel entonces éste contaba un 25%, hicieron en un conjunto que la idea de intentar el Pir se desvaneciera. Tenía claro que mi camino no estaba lejos del mundo de la clínica, por lo que hice un máster en Psicología Clínica, y trabaje varios años como psicóloga, en trabajos cómodos pero que no me llenaban, con la sombra del Pir sin dejar de rondar mi cabeza. Tras una crisis existencial, y el cambio a un menor peso del expediente, decidí probar a presentarme y barajar así mejor la idea de emprender o no el camino.  Apenas me había leído y subrayado algún manual,  y se me hacía muy cuesta arriba empezar a estudiar después de años desconectada del estudio, pero aun así pensé que estudiando en serio  sería factible, y realmente era lo que quería, así que la decisión ya estaba tomada .

Resumiendo convocatorias, tras años en cede con resultados progresivos hasta llegar a rozar plaza sin alcanzarla, (480 modalidad sábados, 307 modalidad distancia, 188 modalidad distancia) me apunté a otra academia que trabaja por manuales para ver si de esa manera lograba dar el salto final que me faltaba. Esa convocatoria, la 4º de mi preparación, quedé peor que las anteriores, no recuerdo la plaza exacta pero la 300 y pico.  No conseguir plaza es un palo duro, pero después de decidir estudiar en exclusiva, dejarte la piel, y quedar peor que el año anterior es una sensación tan desagradable de frustración que se hace difícil explicar con palabras…El ampliar sin mesura (incluso en materias periféricas porque creí equivocadamente que cuanto más leía mejor preparada estaría), creo que me hizo perder un poco el norte porque a veces incluso olvidaba conceptos importantes que ya sabía, y supongo que el que fuera un examen fácil, que beneficia a buenos expedientes, hizo el resto . Sentía que cada postpir era peor que el anterior, el no saber si este camino me iba a llevar a algún lado me hacia plantearme una y otra vez si estaba haciendo lo correcto. Aun así, y aunque a personas les pueda parecer incomprensible,  lo cierto es que cada vez me resultaba más difícil dejarlo. Por lo que volví a Cede a distancia y decidí no ampliar más. Resultado: otro año más cerca, puesto 227, me preguntaba que hacia mal, que fallaba… así que decidí tomármelo de otra manera, compatibilizar de nuevo con trabajar como los primeros años, salir y viajar más, sin olvidar la base que ya tenía, pero sin ser exclusividad en mi vida.

 

Años de preparación  elaborando mi material desde los manuales de cede para trabajarlo en profundidad, apuntando en una libreta fallos, pequeñas pegatinas con tratamientos eficaces por la casa, simulacros repasados, rellenando el libro 0 para trabajarlo modo repasos el último mes…

¿Qué me faltaba por hacer? ¿Qué era lo que fallaba? Me repetía una y otra vez. No estoy segura de poder contestar con determinación a esas preguntas, pero si puedo apuntar una serie de cambios o añadidos que quizá, todos juntos unidos a una pizca de suerte, hicieron que diera el salto, algunos podrían ser estos: centrarme en lo importante, añadir más simulacros-cuantos más y más difíciles mejor-, Cede Exam-nunca lo había utilizado y me vino muy bien para afianzar contenido por materias y aprender a contestar-, preguntas y más preguntas, muchos repasos cortos, aprender a desconectar y  ante todo, tolerar la sensación de” no sabérmelo todo”. Quizá, sin saberlo, estos años caí en la trampa de querer abarcarlo todo, la necesidad de control absoluto y de no tolerar la sensación de “inventarme” preguntas, (con el tiempo aprendes a deducir y no inventar a base de hacer muchas preguntas).  En mi opinión, no es necesario ampliar si cuentas con unos manuales actualizados como los de Cede, y si lo haces, tiene que ser con mucha cabeza, en aspectos concretos que necesites contextualizar para una mayor comprensión, o el DSM 5, ese si se puede aceptar como amigo inseparable.

Es importante ser critico consigo mismo, para así mejorar o cambiar aspectos que crees que podrían ayudarte a conseguirlo, pero también es importante no castigarse. En este examen, hay que tener en cuenta, que también influyen variables que no se pueden modificar ni están a nuestro alcance, como por ejemplo la suerte, necesaria por muy injusto que parezca, y  también el expediente académico, que en ocasiones es determinante.

No sé cómo será esta nueva etapa, ni siquiera si todo el esfuerzo valdrá la pena, lo único que se,  a día de hoy, es que en esta experiencia he descubierto una resistencia ante el fracaso que desconocía, he  aprendido a levantarme cuando cada año, por el cansancio acumulado, decía “esta vez es la última”, y meses después estaba estudiando con fuerzas que ni siquiera sabía que poseía y con la ilusión intacta de que algún día esas montañas de apuntes se convertirían en práctica.

Si tú que estás leyendo estas líneas, estás en la situación en la que estaba yo el año pasado, con bajo expediente y varias convocatorias a cuestas, que sepas, que apenas hay diferencia entre tú y yo, y que si persistes, tú serás el que cuente esta historia el año que viene y ya nada importará de tu larga o corta historia Pir, porque serás, por fin , Psicólogo Interno Residente.

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