Elena Alberquilla puesto 90
Convocatoria Pir 2020
Nº Aciertos: 132
Nº Errores: 41
Nº en Blanco: 0
Baremo: 8,57
Posición: 90
He visualizado tantas veces el momento de estar escribiendo esto, de estar contando que HE CONSEGUIDO UNA PLAZA PIR a todos aquellos que están empezando o que van a seguir intentándolo un año más, que aún no me lo creo.
Pero es real, así que voy a contaros cómo ha sido mi preparación durante estos 2 años y medio.
Primera convocatoria
Terminé la carrera en 2018, y tenía muy claro que quería prepararme el PIR, pero también que necesitaba tomarme el verano libre para descansar y disfrutar, así que decidí empezar en septiembre.
Me apunté al curso CeDe de septiembre presencial en Madrid, con clases 3 días a la semana, que me vino muy bien como toma de contacto con lo que era la preparación realmente.
Durante esos 6 meses (el examen era el 2 de febrero) fui a clase y fui estudiando, poco a poco, los esquemas de clase.
En esa convocatoria obtuve un puesto 950, me tomé un mes de descanso y, ya sí empezó el primer año de estudio del PIR de verdad.
Segunda convocatoria
Comencé en marzo, con muchísimas ganas, y me apunté, otra vez con CEDE, al curso de sábados. Para mí apuntarme a un curso de esas características fue muy útil (me permitía estudiar a tope de lunes a viernes y el sábado “solo” tenía clase).
Durante ese año estudiaba más o menos 8 h al día (algunos más, y otros menos), y lo hice bastante compatible con la vida (hice varios viajes, salía los fines de semana a tomar algo con mis amigas, SIEMPRE descansaba los domingos, y me tomé un par de semanas de vacaciones en agosto).
Además, hice todos los simulacros de entrenamiento y oficiales de manera presencial en la academia, aspecto que me parece muy positivo si tienes la posibilidad, y CedeExam se convirtió en mi mejor aliado (sin lugar a dudas es la página web en la que más veces me he metido durante estos 2 años).
Este año empecé a dar clases particulares y a cuidar a niños, pero muy poquitas horas (máximo 4-5 h a la semana), por sentir que hacía algo además de estudiar, ganar algo de dinero y distraerme un rato.
Con todo esto, en esa convocatoria me veía muy preparada y con bastantes posibilidades de sacar plaza, pero el examen me superó, me sorprendió y no supe controlarlo en absoluto.
Me quedé la 195 en las listas definitivas y, aunque fue un palo al principio, no tardé mucho en darle una visión positiva e interpretar que quedarme tan cerca solo podía significar que si seguía, iba a conseguirlo.
Y así fue: con el confinamiento, empecé a preparar la tercera y ÚLTIMA convocatoria.
Tercera convocatoria (¡qué año!)
En este último año quería tomarme un par de meses de descanso, pero con el confinamiento y sin tener nada más que hacer, al final empecé a mediados de marzo. Volví a apuntarme al curso se sábados de CEDE, ya que me había gustado mucho el año anterior y era algo que no me apetecía cambiar (aunque al final inevitablemente ha sido diferente por el COVID, al tener que hacerlo online).
Al principio no sabía muy bien cómo empezar (o más bien por dónde empezar), y después de una tutoría con Rosa, asumí que tenía que afianzar bien todo lo que ya sabía, que era mucho, y profundizar en Tratamientos y en datos de DSM-5 más ‘específicos’, de manera que dediqué más o menos hasta mayo a hacer un resumen (bastante amplio) de este último, y a resumir también las ampliaciones de Tratamientos que habían añadido en la última edición de manuales de CEDE.
Importante: NO HE AMPLIADO NADA CON NINGÚN MANUAL QUE NO FUERA DE CEDE, ÚNICAMENTE CON DSM-5.
Hacer eso me vino muy bien para ir volviendo a la rutina de estudio sin sentir que estaba otra vez estudiando exactamente lo mismo que el año anterior.
A partir de mayo-junio empecé a dar la primera vuelta completa, siguiendo los mismos pasos que el año anterior (las mismas horas de estudio y mismos métodos, haciendo desde el principio muchas preguntas y manteniendo el descanso de los domingos como algo sagrado) y prestando especial atención a las cosas que “hay que saberse”, y ” que no se pueden fallar”, fijándome bien en las cosas que creía que me sabía muy bien y que había dudado o fallado en la convocatoria.
Ultimo repaso
Las últimas semanas antes del examen me esforcé por bajar el ritmo de estudio: las dediqué a repasar y, sobre todo, a intentar tranquilizarme, aumentar la seguridad en mí misma y descansar lo máximo posible para coger fuerzas y llegar al examen fresca y con ganas.
Creo que lo que ha marcado la diferencia este año con respecto a mi anterior convocatoria ha sido el no perder los nervios durante el examen e intentar defenderlo hasta el último momento, por muy raras y desconocidas que hayan sido muchas preguntas.
Conclusiones
Desde aquí me gustaría transmitir a todos los que lean esto que se puede sacar plaza sin dejar tu vida completamente de lado y que, de hecho, creo que es muy importante seguir cuidándose y haciendo lo que nos gusta (ya sea ir de cañas, pasar tiempo con nuestra familia y amigos, ir al gimnasio, leer… da igual, siempre y cuando sea algo que nos ayude a mantener en la cabeza que somos personas y que tenemos cosas más allá del PIR).
Por último, creo que cada uno tiene sus métodos y su forma de estudiar, y que todos son igual de válidos, pero si tuviera que resaltar la importancia de algo sería la de los SIMULACROS y las preguntas.
Me parece que es IMPRESCINDIBLE hacer muchísimas (a mí además me encantaba, porque era una manera mucho más amena de estudiar) para asegurarse de que vas fijando bien la materia y sobre todo para aprender a enfrentarte a la situación de examen, manejar mejor la ansiedad y no dejar que los nervios y las preguntas muy difíciles y raras (este año se ha llevado la palma en cuanto a esto) te hagan fallar las cosas que sí sabes, y aprender a descartar alternativas por la manera en que están formuladas, etc.
Espero que mi experiencia os sirva para animaros a luchar por esto, si es realmente lo que queréis.
¡A POR TODAS!
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