La visibilizada como aparente invasión de personas subsaharianas encierra tras de sí una gran miseria. Huyamos de ideologías políticas y adentrémonos en los determinantes psicosociales de un procesos migratorio, sensiblemente masivo, de aquellos quienes, es obvio, buscan algo mejor que lo que tienen.
Introducción
Imagínate una canoa, de fondo plano, construida apenas con el vaciado de un tronco de árbol, siquiera un poco de madera de palmera. Los entendidos dicen que normalmente surge a partir de un madera blanda como la Ceiba, cuya principal característica es la frondosidad. Por cierto, de Ceiba viene lo de Cayo.
En la construcción del artefacto marino, se utilizan herramientas metálicas o de piedras en forma de hacha, machete, azada, etc.; para luego ser destruidos en cualquiera de las costas Canarias, preferiblemente El Hierro o Fuerteventura y, a partir de ahí, silenciar y/u ocultar montones de historias vitales al amparo de conceptos tan interpretables como el de MENAs..
Realidad
Por cierto, cada uno de estos cayucos puede llevar entre 20 y 45 personas. Desgraciadamente doy fe de ello en primera persona al ver algún que otro desembarco en el, otrora, idílico puerto de La Restinga.
A la hora de escribir este artículo, apenas unos momentos atrás, una de estas embarcaciones ha naufragado, habiendo al menos un muerto. Insisto en la experiencia de escuchar como el promedio es de entre dos y tres embarcaciones diarias… algo para echarse a temblar en términos humanitarios.
A reseñar el drama humanitario que han de vivir, por orden de intento de llegada al sueño europeo canario español, senegaleses, gambianos, marroquíes, malienses, etc.; yendo después las “Guineas” (quitando la antigua colonia española).
Hablamos de personas que se introducen en una barcaza artesanal y nos referimos a adolescentes, mujeres, bebés y, también varones adultos, aunque, para más inri, no está tan clara la mayor prevalencia migratoria de los últimos; que viajan hacia un anhelo insospechado y tan impredecible como cuestionable.
Determinantes
La inexistencia de un futuro con certidumbre, la corrupción de los gobiernos, el tener que pagar para trabajar, la imposibilidad de acceder al cumplimiento de las necesidades básicas, la utopía de un futuro con libertad o derechos, ser mujer, etc.; son motivos más que suficientes para plantearse un cambio de espacio y/o lugar.
Presiones gubernamentales ante los contestarios y otro sinfín de causas, motivan la salida masiva de personas de todos los grupos de edad y, salvo contadas excepciones, circunstancias socioeconómicas son el principal determinante.
Percepción
Vaya por delante la disculpa ideológica, ya que, muchas veces, esto de las redes lleva a análisis subjetivos. La realidad es que, si estás fastidiado, buscas, aunque sea de forma desesperada, algo mejor para ti y los tuyos. A partir de ahí, podremos entrar en si es abarcable, si los gobiernos lo hacen bien o mal o si el cielo no es verdaderamente azul.
La realidad es que el ser humano, por condición, rara vez huye de su lugar de origen si no le queda más remedio, allende ese lugar sea más asumible o menos que otro (insisto, si no queda más opción).
Quizá el planteamiento es qué se puede hacer, globalmente, para crear un mundo más justo en el que la prosperidad no sea cosa de regiones y/o incluso etnias/razas. ¿Utopía?… quién sabe.
Futuro
Reincidiendo en la evitación de polarizaciones ideológicas, pero sin dejar de lado lo relevante del papel de los aspectos sociológicos y/o de la psicología social, lo cierto es que solo prevendría la situación actual el actuar en los lugares de origen. Altruismo, solidaridad, inversiones, apoyos, proteccionismos, colaboraciones, etc.; son palabras que raramente surgen.
Frente a ellas, protección de las fronteras, políticas comunes ante la inmigración (siempre negacionistas), conceptos como expulsiones en caliente, etc.; se apoderan de la cotidianeidad; dando pie a polaridades ideológicas y no a un análisis, ni humanitario ni realista, tanto a medio como a largo plazo, de la cuestión migratoria.
Y a partir de esto, podemos abrazar diferentes discursos como el de una nación que no puede controlar sus fronteras no es una nación (no es de Trump, sino de Ronald Reagan) o el que dice que el exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance (de la autora de La casa de los espíritus).
Disculpadme, pero me quedo con lo último; todos buscamos lo mejor para nosotros y los nuestros.
Para preparar el PIR, CeDe dispone de diferentes modalidades de preparación.
CeDe, líder en la preparación del PIR, te ofrece sus Cursos, Manuales y Aplicaciones para preparar el pir con éxito, como ya lo hicieron miles de alumnos en estos 22 años de preparación pir.