Hablemos de una actitud que también se llama acedía y holgazanería, llegando a ser considerada un pecado capital.

Cabe aclarar que es el más metafísico de los sagrados capitales.

Intentaremos aclarar el concepto y sus determinantes, sin caer en una desidia desmotivante que implique y valide a nuestro cansancio.

Adormecimiento

Leiva y Rubén podrían haberse puesto en contacto conmigo de saber mis intenciones, pero no ha sido así. No obstante, se habrían equivocado; no voy a hablar de ellos y su grupo (el que da nombre a este artículo), pero sí del significado de una denominación musical cuya agrupación se separó hacia 2011. Y es que la pereza es la tardanza o pesadez en las acciones o movimientos…

Cuidado, la pereza está entre nosotros. Me permitiré hablar algo de mí y, en este sentido, uno es más vespertino que matutino; es lo que tiene el desajuste horario nocturno.

A partir de ahí, si me pillas por la mañana te encontrarás con un ser que lucha contra la desgana, vagancia, bodulencia, tiricia, ñáñara u holgazanería.

Soñando

Cuidado, que a los perezosos se nos, perdón los, puede visualizar como faltos de ambición o motivación. A fin y al cabo, los peligros de la pereza son la ira, ansiedad, indiferencia, abuso de sustancias y depresión.

Qué nadie se engañe, la palabra pereza procede del latín pigritia o, lo que viene a ser, flojo y/o la cualidad de esta actitud.

A partir de ahí, podríamos discutir el origen del término, quienes algunos sitúan en aquel momento en el que el ser humano comenzó a hacer preparaciones para un tiempo fuera del presente.

Total, la vida misma; miremos hacia delante y hablaremos de la pereza.

Autopercepción

Lo admito. Empieza el día y pienso en hospital, clases, informes pendientes, reuniones, dudas, uffff!, dejadme en paz. Y todos lo quieren en tiempo y forma. Qué complicado es dar respuesta a esa globalidad.

Lo peor es que hay algunas personas listillas, que consideran que haciendo una lista de tareas pendientes, priorizando lo que tienes que realizar, enfrentándose a pequeñas metas o durmiendo más y comiendo mejor… vencerán la pereza; vale, lo admito, son los consejos que hay que dar.

En todo caso, que nadie se olvide de que la pereza tiene mucho que ver con el interés que nos genere algo y/o la necesidad de lo mismo.

A modo epistolar, cuanto menos te entusiasme algo, lo ames o forme parte de ti; más pereza te dará su consecución y, cuidado, allende del aparente romanticismo previo, si te invade esa actitud no avanzarás en lo que estás ejerciendo. Por esto, pese a que me quejo, acabo haciendo todas esas tareas que me acongojan al inicio del día e incluso las puedo disfrutar.

Concluyendo

Decía Russell (Bertrand), que el tiempo de ocio nos permite relajarnos y ayudarnos a adquirir alguna destreza.

No sé si estoy seguro de esto, pero sí que quienes leen demasiado y usan muy poco el cerebro caerán en hábitos vagos de pensamiento.

Esperemos que la peor enfermedad no sea el aburrimiento.

Perdón, deciros que en estas dos últimas frases están implicados  Freud y Freddie Mercury.

Me da pereza deciros por qué los elegí a ellos, quizá es el intento de ser diligente (la virtud antagonista a la pereza como pecado capital).

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