El 8 de marzo es el día internacional de la mujer (otrora trabajadora).

Es necesario seguir revindicando una fecha que, con el tiempo, esperamos no sea necesaria, habida cuenta de lograr la anhelada igualdad.

Micromachismos

Dícese de aquellos gestos (algunos/as dicen que pequeños), actitudes, comentarios y prejuicios que gobiernan nuestra cotidianeidad y perpetúan la desigualdad o inequidad, haciendo que las mujeres queden o sean posicionadas tras el varón en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, a saber, social, laboral, familiar, etc.

Cuidado, que están entre nosotros y somos partícipes de ellos más de lo que imaginamos. Hete aquí, que dejar pasar por una puerta a mujeres (si eres varón) siempre y no así a varones, puede ser visto como un gesto de caballero ante una princesa (vid ironía) y, a partir de ahí, un sinfín de situaciones que son normalizadas en un contexto tendente al machismo.

Sigamos con más ejemplos

No sé a quien se le ha ocurrido que si está un bebé por venir y es niña, ha de dirigir su vida hacia el rosa y el niño hacia el varonil azul. Qué maravilloso es cuando el varón ayuda en casa y paga la cuenta en el restaurante.

 Me gustan mucho los padrazos que son capaces, madre mía, de cambiar un pañal. Y qué decir de esos varones que lloran como una niña o corren como la misma.

Reiterando viejas premisas, zorros vs. zorras, gallos vs. gallinas, perros vs. perras o lobos vs. lobas y, dejando la zoología aparte, me fascinaron campañas de hipermercados que señalaban lemas tan profundos como inteligente como papá (en un maravilloso y masculino azul) y bonita como mamá (en un pasteloso rosa).

Quizá no hay que volverse loco/a, pero bien es cierto que los roles y estereotipos de género también están entre nosotros.

Para qué engañarnos, el concepto de micromachismo enlaza intensamente con el del patriarcado y, pese a las controversias, ambos son conceptos íntimamente relacionados y, por desgracia, de extrema vigencia.

El patriarcado y sus consecuencias

Cuidado con este término que se está politizando cuando lo que viene a señalar es la tendencia histórica a la subordinación e invisibilización de las mujeres frente a todo lo que huela a masculinidad.

Huyendo de las controversias parlamentarias, no podemos engañarnos al señalar una inercia histórica hacia la desigualdad de género. También es cierto que está habiendo intensos esfuerzo por un cambio que, exponiendo una opinión personal, no acaba de llegar.

La base del patriarcado puede estar en el trabajo y en la familia, a partir de, en el primer caso la subordinación en forma de menores salarios y/o peores cargos (en líneas generales) y, además, en la parte familiar, en la tendencia a imponer un modelo familiar tradicional como principal agente socializador (tanto vales como tantos hijos tienes si eres mujer y un largo etcétera).

Cuidado, plena consciencia de los debates que generan estas premisas, pero también plena certeza de que, en muchos casos (que no necesariamente todos), encierran mucha parte de verdad.

Un día de celebración

Tras el inicial 8 de marzo de 1875, que perseguía la igualdad salarial de las empleadas de una fábrica textil respecto a sus compañeros varones, esta fecha se ha convertido en un momento idóneo para revindicar la igualdad y ensalzar el feminismo (nada que ver con el machismo).

Queda cada vez un poquito menos para lograr la igualdad, siempre que tengamos claro que tanto unos como otras estamos involucrados en esta tarea.

 

Feliz 8 de marzo.

 

8 de marzo No es un día más-Imagen freepik

 

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